Mis cuadros representan instantáneas y temas recurrentes de mi vida que cuentan una historia más amplia sobre geografía y cultura.

Para Sánchez, la comida desempeña un papel importante en la comprensión de quiénes somos y cómo nos vemos a nosotros mismos.
La comida crea un sentimiento de pertenencia, sobre todo cuando estamos más lejos de casa.
Los antojos que desarrollamos suelen estar directamente relacionados con las comodidades a las que los asociamos y los vívidos recuerdos que evocan.
La comida puede transportarnos y conectarnos con familiares y amigos pasados y presentes, acontecimientos importantes y periodos concretos de nuestra vida.
Sánchez explica que utiliza la comida como forma de hablar de su vida y de celebrar su identidad: «Me encanta la comida y su poder para transportar recuerdos, crear comunidad y dar forma a la identidad, y como tema de mi obra, es la forma en que expreso mi historia familiar, la vida en San Antonio y la cultura mexicano-americana contemporánea.
Todos tenemos una relación única con la comida, y la idea de hacer arte que explore esa relación y sea acogedor para personas ajenas a la comunidad artística es importante para mí.
No hace falta ser crítico de arte para comprender o conectar con las emociones que desencadena la comida.»

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